Los DREAMers luchan por alcanzar el sueño norteamericano

Los partidarios de la ley DREAM Act se reúnen en apoyo a la propuesta antes de ser aprobada.
Los partidarios de la ley DREAM Act se reúnen en apoyo a la propuesta antes de ser aprobada.

Cada año, alrededor de 65,000 niños que son ciudadanos indocumentados, pero a salvo de la deportación, se gradúan de las preparatorias en los Estados Unidos. De acuerdo con el Centro de Política de Inmigración (Immigration Policy Center), de estos 65,000 estudiantes, sólo alrededor de cinco a 10% continúan a la universidad.

En contraste, este mes de mayo, se espera cerca de 3.3 millones de estudiantes en total se gradúen de las preparatorias de Estados Unidos, y de ellos, se estima que el 66% asistirán a la universidad, según el Centro Nacional de Estadísticas Educativas (National Center for Education Statistics).

Coloquialmente, estos residentes indocumentados se han dado a conocer como DREAMers*. Fueron traídos a los Estados Unidos a una edad temprana, y protegidos de la deportación por la Ley de Desarrollo, Alivio y Educación para Menores Extranjeros (DREAM Act, por sus siglas en inglés).

Se estima que hay 21,000 estudiantes en Arizona que califican ser DREAMers, convirtiéndolo en el sexto estado más poblado de DREAMers.

Muchas personas consideran que la diferencia de las admisiones universitarias es sorprendente. No hay becas gubernamentales disponibles para los ciudadanos indocumentados, incluso los que sean inmunes a la deportación bajo la iniciativa de acción diferida del presidente Obama. Los DREAMers sienten que la falta de apoyo para continuar su educación, les impide contribuir a su país de adopción.

Según el Centro de Política de Inmigración (Immigration Policy Center), un individuo califica como DREAMer si “es menor de 31 años de edad; ha sido ingresado a los Estados Unidos antes de los 16 años; ha vivido continuamente en el país por lo menos cinco años; no ha sido condenado por un delito mayor, un “significante” delito menor, u otros tres delitos menores; está actualmente en la escuela, se ha graduado de la preparatoria, ha obtenido un certificado de Desarrollo Educativo General (GED), o ha servido en el ejército”.

Cada año, el Departamento de Educación de los EE.UU. (U.S. Department of Education) presenta cerca de150 billones de dólares en becas para los estudiantes, según laSolicitud Gratuita de Ayuda Federal para Estudiantes (FAFSA, por sus siglas en inglés).

Sin embargo, los DREAMers no califican para esta solicitud. Además, sólo 18 estados les permiten pagar la matrícula estatal. En los demás estados, a pesar de que viven en el estado, los DREAMers tienen que pagar la matrícula completa como fuera del estado o de estudiantes internacionales. Arizona no es uno de los 18 estados. Arizona prohibió a los inmigrantes no autorizados de pagar la matrícula estatal a través de la Proposición 300 aprobada en 2006.

Esto no es justo, de acuerdo con Roberto Rodríguez, un galardonado periodista y profesor de Estudios Mexicoamericanos en la Universidad de Arizona.

“Todos los estudiantes deben ser tratados por igual. Deben de tener la libertad de solicitar para cualquier beca. No debe haber impedimentos para asistir a la universidad, ya sea por la legislación o por necesidad económica”, dijo él.

Los que se oponen, argumentan que si el gobierno da becas a los ciudadanos indocumentados, eso reduciría las becas disponibles para los ciudadanos legales.

Sin embargo, hay rutas de acceso a la universidad disponibles para los DREAMers. Hay muchas becas especializadas financiadas por donantes privados.

Por primera vez el año pasado el Fondo Hispano de Becas (Hispanic Scholarship Fund) hizo todas sus becas disponibles para los DREAMers. Cada año presentan más de 5,100 becas, desde 500 dólares a 5,000 dólares.

Con sede en California, el Hispanic Scholarship Fund, es la mayor organización sin fines de lucro que apoya la educación superior de los hispanoamericanos. La mayoría de las becas provienen de donaciones y patrocinios de varias corporaciones y fundaciones que buscan apoyar la educación de los hispanoamericanos.

“Fue increíble”, dijo Anahí Godínez, directora del Hispanic Scholarship Fund. “La junta lo aprobó y más o menos dos semanas antes de la fecha límite de la solicitud, trabajamos con socios para correr la voz, y un poco más de 4,000 estudiantes de la acción diferida aplicaron”, dijo ella. La acción diferida es otra forma común para referirse a individuos afectados por el DREAM Act.

The Dream.US ha sido el suministro de becas para los DREAMers desde 2013, cuando los miembros fundadores de la junta se dieron cuenta de que cada año los DREAMers solicitaban becas, pero se les negaba a pesar de sus impresionantes registros académicos.

The Dream.US trabaja en conjunto con las universidades asociadas en todo el país para pagar hasta 25,000 dólares para un programa de licenciatura de los DREAMers, y espera suministrar al menos 2,000 becas en la próxima década, para los DREAMers que sean excepcionalmente motivados y triunfadores.

The Dream.US trabajó en colaboración con la Fundación Bob & Renee Parsons (Bob & Renee Parsons Foundation) para la iniciativa de Arizona en 2014 con el objetivo de igualar las donaciones de hasta 2 millones de dólares para pagar la matrícula universitaria de los DREAMers en Arizona.

Gaby Pacheco, la directora del programa The Dream.US, sabe muy bien lo que es ser un ciudadano indocumentado intentando asistir a la universidad. Pacheco inmigró a los Estados Unidos desde Ecuador a la edad de 8 años.

“Mi consejera de la preparatoria me dijo que yo no iba a poder asistir a la universidad, y que no podía solicitar a ninguna escuela. Ella dijo que iba a perjudicar a mi familia. Que tenía que darme cuenta que la universidad no era una opción”, dijo Pacheco.

Aunque Pacheco dijo que su consejera le dijo esto con mucho amor y miedo, ella no podría aceptar esto. Pues ella era sobresaliente y tenía la motivación.

“Me dolió, pero era lo que me permitió sentir que tenía que demostrarle a ella y a todos los demás, lo contrario. Fui a la universidad y era muy, muy difícil. Muchas veces pagué toda la matrícula, pero sí comencé a recibir becas”, dijo ella.

Por supuesto que no había manera de que Pacheco podría hacerlo por su cuenta. “Toda mi familia y mi comunidad se reunieron alrededor de mí”, dijo ella.

El apoyo es uno de los factores más importantes para los DREAMers que esperan asistir a la universidad, y los fondos de becas como The Dream.US y la oferta del Hispanic Scholarship Fund que suministran eso. “Una pieza que es impactante es el acceso a los recursos, la orientación y el liderazgo”, dijo Godinez.

Aunque la ley no es la solución con la que todos puedan concordar, para los ciudadanos indocumentados, ha proporcionado esperanza, un camino a la universidad y a la

ciudadanía.

“Lo que veo, es que el DREAM Act es un incentivo para que los jóvenes vayan a la universidad. Al final de cuentas, hay que ir a la universidad para comenzar este proceso de obtener un permiso de residencia y trabajo (Green Card). Da esperanza, y permite que la gente entienda y comprenda que alguien cree tanto en nosotros, que quieren hacer una legislación y una ley que nos ayude”, dijo Pacheco.

*(DREAMers: Jóvenes dados a conocer porque califican a la ley DREAM Act.)

Joseph D’ Andre es un reportero de Arizona Sonora News, un servicio de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Arizona. Para ponerse en contacto con Joseph: jdandre@email.arizona.edu

Traducido por Marilyn Zepeda / Editado por Natasha Moushegian

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