J.J. Hernández y su padre disfrutan de sentarse en el porche de su casa rosada en Tucson, la cual está rodeada de flores silvestres amarillas y anaranjadas y arbustos verdes que la madre de J.J. plantó por todo el jardín. Su casa se encuentra en un marcado contraste a muchas de las casas al sur de Tucson, donde pocos jardines tienen plantas florecientes que crecen en la tierra seca.
De todas las personas en Arizona, las que se verán más afectadas por el cambio de clima serán las familias como los Hernández en el sur de Tucson. Son los que lo sentirán peor.
Una investigación nueva indica que el cambio de clima podrá afectar negativamente a la población latina de Arizona. En una encuesta publicada recientemente por El Instituto Sonorense (The Sonoran Institute), una organización sin fines lucrativos sede en Tucson con laboratorios por todo el oeste para la investigación de temas ambientales, los investigadores y líderes de la comunidad predicen que el cambio climático causará problemas significativos para los latinos en Arizona debido a su situación doméstica, laboral y económica.
Durante el último siglo, el promedio de la temperatura global ha incrementado por 1.5 grados Fahrenheit y es probable que incremente entre 2.5 y 8 grados más para finales de este siglo, según James Buizer, subdirector del programa de Adaptación al Clima y Desarrollo Internacional (Climate Adaptation and International Development) en el Instituto del Medioambiente de la Universidad de Arizona (University of Arizona Institute of the Environment).
La ciudad de Phoenix ha alcanzado temperaturas de 119 grados durante el verano y se predice que otros 5 o 6 grados adicionales hará que el calor de Phoenix sea comparable al del Valle de la Muerte (Death Valley), el lugar más caliente y seco en los EE.UU., donde las temperaturas pueden llegar a más de 125 grados.
“Los latinos son más probables de tener un empleo que sea al aire libre, ya sea en la construcción o la jardinería, durante los seis meses del año – de mayo a octubre – cuando es más probable que las temperaturas lleguen a los tres dígitos” dijo Oscar Medina, un maestro del Instituto Occidental para el Desarrollo de Investigación (Western Institute for Research Development) en Tucson que se especializa en proyectos de sostenibilidad y conciencia ambiental. “Debido a esto, son más propensos a deshidratarse y agotarse y sufrir problemas de salud por causa de la deshidratación y el calor”.
De acuerdo a la Oficina del Censo de los EE.UU. (U.S. Census Bureau), más del 30% de la población de Arizona son hispanos o latinos, y la mayoría de esa población se congrega en Phoenix y Tucson, donde el calor es atrapado por el concreto y los edificios.
Las altas temperaturas también aumentan la concentración del ozono troposférico, lo cual es malo para la calidad del aire. De acuerdo a la Asociación del Pulmón de los EE.UU. (American Lung Association), Phoenix es la séptima ciudad con la peor contaminación del aire en los EE.UU. Cuando la calidad del aire es mala, los tejidos de los pulmones y las vías respiratorias pueden ser dañados e inflamarse, lo que causa dificultades para respirar y aumenta el riesgo de contraer enfermedades respiratorias, tales como el asma y la fiebre del valle.
En Arizona, más del 9 por ciento de la población tiene asma y los niños hispanos son tres veces más propensos a padecer de la enfermedad, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention).
“El asma infantil es un factor de la genética, un factor demográfico, un factor de la exposición y un factor del clima” dijo Buizer. “Si alguien va a ser asmático o desarrollar el asma, tendrá que ver con el desarrollo de sus pulmones y qué tipo de exposición tiene a las partículas de polvo.”
En cuanto al cambio climático, entre más caliente, más seco será el aire, y entre más seco el aire, más partículas de polvo flotarán por el aire y serán inhaladas. Para los niños con pulmones en desarrollo, estas partículas de polvo pueden abrir la puerta al asma. Debido a que los latinos viven en áreas metropolitanas con demasiada contaminación aérea, su exposición a las partículas de polvo es mayor y aumenta el riesgo.
“Es muy fácil decir que las personas pobres y las comunidades marginales son las que sufrirán más. Absolutamente, sí” dijo Buizer. “Pero que no se nos olvide que las personas pobres y las comunidades marginales se han ido adaptando a todo tipo de cosas durante mucho, mucho, tiempo”.
La comunidad latina está muy lejos de estar consciente de los problemas que enfrenta debido al cambio climático, y los líderes de la comunidad y las empresas de Arizona están tratando de aumentar la conciencia sobre las maneras de ahorrar energía y cómo aprender sobre el cambio climático.
“No estamos sentados aquí esperando a que las cosas sucedan,” dijo Medina, del Instituto Occidental para el Desarrollo de Investigación (Western Institute for Research Development). “Se están haciendo esfuerzos. Sin embargo, esos esfuerzos tienen que ser más explícitos y ser dirigidos a los latinos…sobre todo poniendo la información en español”.
Una de las maneras más fáciles de combatir el cambio climático, dice Medina, es plantar árboles de sombra en algunas de las comunidades latinas más pobres alrededor de Tucson. Una empresa, Árboles para Tucson (Trees for Tucson), enfatiza la plantación de árboles en los vecindarios de bajos ingresos para reducir el “efecto isla” del calor urbano.
En Phoenix y Tucson, los inmigrantes latinos generalmente ganan menos de $35,000 al año, por lo que es menos probable que vivan en casas con aire acondicionado adecuado. En los barrios pobres, muchos hogares se enfrían con los refrigeradores de pantano y durante la temporada de lluvias de verano la humedad los hace ineficaces. Cuando se plantan árboles de sombra, los árboles pueden reducir la temperatura de un hogar por entre 5 y 6 grados.
“Esto es significante. Especialmente cuando estamos pagando bastante dinero para mantener a nuestros refrigeradores de pantano” dijo Medina.
La familia Hernández, con su jardín lleno de flores silvestres florecientes y arbustos, ya siente una diferencia en la temperatura alrededor de la casa.
Además de esta simple solución, J.J. creó un sistema de riego provisional para colectar agua de lluvia para su madre, otro esfuerzo para ahorrar energía y agua para las plantas.
“Está mucho más fresco con estas plantas aquí” dijo él. “A veces en el verano hasta se siente más fresco afuera que adentro, especialmente con una brisa. Y nos ayuda a ahorrar dinero”.
Aunque el progreso en hacer las comunidades latinas más “verdes” sea lento, Medina dijo que el cambio climático se está convirtiendo en un tema de mayor discusión para los latinos.
“Es necesario que haya más personas enfocadas en esto, desde reducir nuestros residuos con la recolección de aguas pluviales y mejorar nuestro sistema de transportes” dijo Medina. “Cada quien puede hacer su parte, pero creo que ahora estamos trabajando juntos en este asunto.”
Michaela Kane es reportera para Arizona Sonora News, un servicio de la Escuela de Periodismo en la Universidad de Arizona. Comuníquese con ella por correo electrónico mlkane@email.arizona.edu.
Traducido por: Anahi Valenzuela/ Editado por: Natasha Moushegian
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