Cochise: El líder Apache legendario de Chiricahua

Fotografía de las montañas Dragoon, casa de la fortaleza Cochise (Cochise Stronghold). Fotografía por el Epitafio de Tombstone.
Fotografía de las montañas Dragoon, casa de la fortaleza Cochise (Cochise Stronghold). Fotografía por el Epitafio de Tombstone.

La fascinación de Edward R. Sweeney con Cochise empezó a los 10 años de edad.

De pequeño, Sweeney dice que leyó la biografía acerca del líder de la tribu y se cautivó por el guerrero, hombre y líder de su gente.

Ahora, el autor de tres libros sobre Cochise, Sweeney ha dedicado su propia vida en aprender acerca de la vida de Cochise. La dedicación de 40 años de Sweeney a los estudios sobre Cochise, ha impactado el legado de uno de los líderes nativo-americano más controversial de Arizona.

Ahora, Sweeney es reconocido nacionalmente y periodistas, investigadores y otros historiadores se refieren a él como la máxima autoridad de Cochise, a quien Sweeney se refiere como el Apache Chiricahua más valiente de todos los tiempos.

Fascinado por Cochise, poco tiempo después de graduarse de la universidad, Sweeney decidió que era tiempo de investigar seriamente la imagen que lo había intrigado desde muy chico. Así que a los 25 años, sabiendo que no podía estudiar la casa de Cochise en Massachusetts, Sweeney tomó una decisión audaz de dejar todo lo que conocía y se mudó al pueblo desértico de Tucson.

La investigación de Sweeney comenzó en 1975 cuando obtuvo información en las bibliotecas de la Universidad de Arizona y de la Sociedad Histórica de Arizona. Sweeney dice que los archivos nacionales en Washington D.C. junto con los que están en Sonora y Chihuahua, México, ayudaron como recursos clave para sus estudios acerca de Cochise. Cuanto más aprendía Sweeny acerca de Cochise, más grande era el aprecio que desarrollaba. Notablemente, también descubrió y se dio cuenta de la adversidad y la lucha que sufrieron Cochise y los Apaches después de que los españoles y los blancos llegaran a sus tierras ancestrales.

Desde que los Chiricahuas se establecieron en Arizona a finales de los años 1600, Sweeney comenta que empezaron a tener problemas. Unas de las primeras personas con las que se encontraron fueron los españoles, quien Seeney dice habían estado viajando en el suroeste en ese tiempo y que muy probablemente llegaron a los territorios de Arizona unos años después que los Chiricahuas. Cuando los españoles trataban de conquistar y cristianizar a las personas, se convirtieron enemigos de los Chiricahuas, comenta Sweeney. Como un resultado, los Chiricahuas desataron una guerra en contra de los españoles en los años 1700.

Otros quienes han estudiado a los Indios Apaches, tal como Jay W. Sharp, un periodista retirado quien trabajó para múltiples empresas de medios y noticias incluyendo a Desert USA, dirán rápidamente que los indios nativos no eran tan inocentes. Sharp dice que los Apaches eran a menudo los “asaltantes” de ese tiempo.

“Si por decir una familia mexicana tenía 30 caballos, los Apaches les robarían 15 y dejaban a los otros ahí para que se criaran y produjeran más caballos y así podían regresar unos años después a robar de nuevo”, dice Sharp.

Por esta razón, Sweeney dice que en los años 1790, los españoles adoptaron una política donde alimentaron a los Apaches para desalentar sus continuos asaltos. Esto funcionó por unos 30 o 40 años hasta que los mexicanos echaron a los españoles fuera de las tierras. Para 1821, los mexicanos estaban a cargo e intentaron mantener esa política. Cuando México terminó el sistema de relación 10 años después debido al alto costo, los Chiricahuas se ofendieron y la guerra con los mexicanos no se terminó hasta el tiempo de Gerónimo, lo cual Sweeney dice comenzó en 1876.

La atención que este tipo de guerra le trajo a los Apaches no reflejaba los valores que Cochise le enseñaba a su tribu.

Este tipo de historia es lo que Sweeney cree que hace que los valores que Cochise le enseñó a su tribu no se reflejen bien a través de los años. Las acciones de unos pocos miembros de su gente y la hostilidad de ese tiempo pudo haber tenido un impacto en cómo otros veían a Cochise. Sweeney dice que los Apches en general siempre trataron de ser amables con los blancos cuando comenzaron a llegar a principios de 1846.

En este tiempo, estos serían colonos que llegaron al territorio de la tribu para luchar en la guerra de intervención estadunidense en México.

Sweeney comenta que el suegro de Cochise le dio la bienvenida a los blancos y estaban dispuestos a aliarse con ellos.

“Sin embargo, los americanos no querían tener nada que ver con ellos”, dice Sweeney.

Siendo el jefe de los Chokonen de los Apaches Chirhuahua comenzando el 1857, Cochise mantuvo una relación amistosa con los americanos, comenta Sweeney.

El incidente de Bascom en 1861, donde la tribu de Cochise fue acusada erróneamente de secuestrar a un niño mexicoamericano en el sur de Arizona, cambió la relación.

El ejército de Estados Unidos engañó a Cochise y a su familia invitándolos a compartir una comida en el pase Apache, que se encuentra en el Condado de Cochise hoy en día. Cochise aceptó la invitación y llevo a su esposa, dos hijos, su hermano y dos sobrinos. El caos se desplegó.

Cochise y sus invitados fueron encerrados en una tienda y fueron amenazados para que se quedaran ahí hasta que el niño extraviado fuera devuelto.

Usando un cuchillo, Cochise cortó la tienda para salir. Mientras desvanecía a punta de balazos, Cochise instó a su familia para que se fueran con él. Su hermano fue el único miembro de la familia que salió de la tienda, pero fue capturado y herido en ese instante. Sweeney cree que sus dos hijos y esposa se mantuvieron en la tienda todo ese tiempo.

Desde ese entonces, su esposa, dos hijos, hermano y sus dos sobrinos se mantuvieron bajo custodia.

Más tarde ese día, Sweeney dice que Cochise juntó a una banda de Apaches y volvieron, reapareciendo en la colina. Gritando desde la colina, Cochise discutió con el teniente George N. Bascom de cómo liberar a su familia. Bascom accedió sólo si el niño regresaba sano y salvo.

Después de unos días de seguir hablando, otras hostilidades surgieron entre Cochise y los soldados. Frustrado y molesto, Cochise tomó a cuatro americanos de rehenes y después de una semana de lucha, los Chiricahuas abandonaron el área pero mataron a los cuatro prisioneros y los dejaron ahí, comenta Sweeney.

Cuando el ejército encontró a los cadáveres, Sweeney dice que los americanos se vengaron al tomar al hermano de Cochise, sus dos sobrinos junto con otros Apaches capturados y los colgaron al oeste del Pase de los Apache.

Toda esta serie de eventos se desenvolvieron en una semana.

“Su hermano era el amigo más cercano que Cochise tenía. Odió extremadamente a los americanos en la siguiente década”, dice Sweeney.

La hostilidad en contra de los americanos continuó hasta que se encontró con el Capitán estadounidense Thomas Jonathon Jeffords en 1867, quien Sweeny dice era un hombre blanco y trabajaba como un agente en la reserva de la tribu de Cochise.

Jeffords buscaba hacer las paces con Cochise. A pesar de la amargura de Cochise al principio, los dos hombres formaron una gran amistad, la cual consistía de una confianza incondicional el uno al otro.

“El admiraba el valor que tenían sus enemigos, así es como conoció a Jeffords”, dice Sweeney.

Con los americanos y mexicanos matando a mucha de su gente y al conocer a Jeffords, comenzó el principio del fin de Cochise a principios de 1870. Sweeney dice que Cochise se dio cuenta que tenía que superar las diferencias con los americanos y hacer las paces.

“Comenzaba a envejecer a sus 60 años y sabía que tenía que hacer las paces para que su gente sobreviviera”.

Cuando el Presidente Ulysses S. Grant mandó al general estadounidense Oliver O. Howard a que visitara Cochise, se estableció la paz en 1872, dos años antes de la muerte de Cochise. En el acuerdo, Cochise accedió a detener todos los asaltos y acciones bélicas. A cambio, Cochise obtuvo una reserva al sureste de Arizona e insistió que Jeffords fuera el agente.

“Lo extraordinario de hacer las paces fue que obtuvo todo lo que quiso a base de negociaciones. Obtuvo el agente y área que quiso y la condición de que el ejército no podía intervenir con nada en su reserva. Para mí, es uno de los pocos indios que pudieron lograr eso”. Sweeney cree que el problema más grande durante los años de la reserva se encontraba a la frontera de México.

Con unos de los guerreros de Cochise entrando a Sonora desde las reservas durante los primeros años del tratado de paz, los mexicanos vivieron asaltos y se quejaron con los Estados Unidos acerca de lo que estaba ocurriendo.

Cochise explicó que los mexicanos habían asesinado a los padres de estos jóvenes y que estos buscaban venganza. Sin embargo, el juró que había aconsejado a estos hombres a no bajar y asaltar.

Para detener los asaltos, Sweeney dice que en 1873 Cochise juntó a todos los Apaches en su reserva y ordeno estrictamente a detener los asaltos.

“Cochise era un hombre extremadamente sensible. Quería paz y no quería guerra”, dijo Marybeth Dawson, quien ha vivido en la fortaleza de Cochise (Cochise Stronghold) por 15 años y se ha convertido en una admiradora de Cochise y los Apaches.

Cochise posiblemente se murió en 1874 a causa de cáncer en el estómago.

Aunque la causa de su muerte se documentó adecuadamente, el lugar exacto de su entierro en las montañas Dragoon aún sigue siendo un misterio hoy en día.

Sweeney cree que lo más probable es que Cochise fue enterrado en el este de la fortaleza, ya que el oeste de la fortaleza fue donde Cochise se estableció durante la guerra.

Sharp dice que porque Cochise era un líder significativo, los asaltantes de tumbas eran una preocupación extra cuando se enterró a Cochise.

“No había manera de saber pero al parecer escondieron su cuerpo en un una pequeña zanja a un lado de un cañón en las montañas”, dice Sharp.

Sharp no cree que haya ninguna fuente hoy que tengan alguna conexión o pistas de donde exactamente está enterrado.

De acuerdo con Dawson, ella sugiere algo diferente.

“Hay una supuesta pictografía escondida que describe su entierro. La gente jamás la encontrará. Es imposible encontrarla en las montañas Dragoon”.

Sweeney está en desacuerdo con las dos presunciones.

“Según yo aún es un misterio. No creo que haya algo que se ha probado definitivamente, estamos hablando de hace 140 años”.

Aunque el lugar exacto del entierro es lo que mantiene a Cochise vivo, Sweeney cree que la atención se debería enfocar en los grandes esfuerzos del líder para obtener paz.

Zach Pleeter es un repotero para Arizona Sonora News, un servicio de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Arizona. Para ponerse en contacto con el envíe un mensaje a su correo electrónico: zpleeter@email.arizona.edu 

Traducido por Lizeth Castellanos / Editado por Lizeth Castellanos

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