La cantidad decreciente de niños que reciben vacunas preocupa a los oficiales de la salud en Arizona.
Las tasas crecientes de exenciones a la inmunización infantil no son debidas a las creencias religiosas ni a los antecedentes médicos, sino a las creencias personales de los padres, según el Departamento de Servicios de Salud (Department of Health Services) del estado.
Las tasas de exención fueron más del doble en el año escolar 2012-2013 (3.9%) comparado con el 2003 (1.6%), según el Departamento de Servicios de Salud de Arizona (AZDHS, por sus siglas en inglés).
Los oficiales públicos temen el regreso de enfermedades contra las cuales no se están vacunando.
Las inmunizaciones contra el sarampión y las paperas son algunas de las inyecciones que los padres están optando no recibir debido a una percibida relación al autismo.
La preocupación era que algunos niños estaban desarrollando trastornos del espectro autista después de haber recibido ciertas vacunas porque contenían un principio activo, conocido como timerosal, que se utiliza para preservar a las vacunas infantiles.
El Instituto de Medicina (IOM, por sus siglas en inglés) concluyó que no había ninguna relación entre las vacunas que contienen timerosal y la incidencia del autismo en los niños.
Debido a que los padres están optando por no recibir estas vacunas, el número de casos del sarampión ha aumentado y ha llegado a su punto más alto desde 1994, según AZDHS.
Este mayo, hubo 288 casos de sarampión y en junio hubo 539 casos. De los niños con sarampión, a uno de 10 niños le da una infección de oído y a uno de 20 le da neumonía. Por cada 1.000 niños que tienen sarampión, uno o dos mueren, dijo AZDHS.
“No estoy de acuerdo con inmunizar a mi hijo porque sus cuerpos son tan pequeños y es más difícil para ellos adaptarse a esas inyecciones. Creo que deberían recibir [sus inyecciones] cuando estén un poco más grandes”, dijo Ashlyn Maye, una mamá nueva que vacunó a su hijo debido a la persistencia de su doctor.
Arizona les requiere a los que vayan entrando al kínder que se vacunen contra la difteria, el tétanos, la tos ferina, la polio, el sarampión, las paperas, la rubéola, la hepatitis y la varicela. En los grados más avanzados los estudiantes deben recibir vacunas de refuerzo para la difteria, el tétanos y la tos ferina además de la vacuna contra la enfermedad meningocócica.
La exención por creencias personales que permite el estado requiere que los padres firmen un formulario reconociendo que entienden los riesgos de negarse a vacunar a sus hijos.
La demográfica de los residentes de Arizona que no vacunan a sus hijos son principalmente familias anglosajonas y de altos ingresos, según el Departamento de Servicios de Salud (Department of Health Services).
Otros no se vacunan debido a dificultades con el transporte o por falta de seguro. Algunos padres optan por no vacunar a sus hijos por preocupaciones de la salud tal como el autismo, dijo Will Humble, director del Departamento de Servicios de Salud de Arizona (Arizona Department of Health Services).
De los estados que permiten dejar a sus hijos sin vacunar – Arizona, Arkansas, Idaho, Luisiana, Maine, Michigan, Minnesota, Missouri, Nebraska, Dakota del Norte, California, Colorado, Ohio, Oklahoma, Texas, Utah, Vermont, Washington y Wisconsin – la tasa de exenciones es más alta que en los otros estados, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention).
Los oficiales de la salud en Arizona piensan aumentar el número de vacunas en los próximos años y educar a los padres sobre los beneficios para alentarlos a vacunar a sus hijos.
“Lo apoyo totalmente si nos salva de contraer a estas terribles enfermedades y aflicciones”, dijo Stacie Lardieri, madre de dos que vacunó a su hijo con todas las vacunas disponibles.
—-
Casey Woollard es una reportera de Arizona Sonora News, un servicio del Colegio de Periodismo (School of Journalism) en la Universidad de Arizona. Póngase en contacto con ella por caseyawoollard@email.arizona.edu
—
Traducido por Natasha Moushegian / Editado por Mariah Chloe Swickard