Su madre empezó a empacar las maletas mientras Maygrace, de cuatro años, miraba por la puerta con sus grandes ojos marrones, curiosa por lo que estaba pasando.
Hoy en día, Maygrace Ghio-Rodríguez una joven alta y delgada de 5 pies 6 pulgadas de altura con una tez arenosa. Su cabello largo marrón oscuro que le llega a al hombro y a hasta la espalda. Ella emite una energía llena de confianza. Ahora tiene 18 años y se especializa en antropología en la Universidad de Arizona. Como joven autóctona de Perú, habla español con fluidez.
Ghio-Rodríguez no es ciudadana estadounidense, ella es parte de la generación Dreamer, niños cuyos padres los trajeron al país cuando eran muy pequeños. Sus padres aún no son ciudadanos, y sus esperanzas en la universidad dependen de las reglas de la administración de Obama, las cuales le permitieron poder entrar a la UA— las reglas que ahora están a la espera por el presidente Trump.
De acuerdo con un documento informativo del Consejo de Inmigración de los Estados Unidos, solo unos 65.000 de aproximadamente 1,2 millones de estudiantes indocumentados se gradúan de la escuela preparatoria y muchos terminan sin ir a la universidad o seguir sus sueños. El sitio web oficial del Departamento de Seguridad Nacional indica que para que un estudiante sea elegible para un estatus de Consideración de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), la persona debe haber venido a los Estados Unidos antes de los 16 años, haber residido en los Estados Unidos desde junio de 2007, no haber sido condenado por un delito grave, o por un delito menor y que no posea una amenaza para la seguridad nacional.
Alrededor de 70 estudiantes con estatus DACA están matriculados en la UA. La Republica de Arizona informó que hay 103 estudiantes de DACA en las tres universidades estatales. Estados como Carolina del Sur, Alabama y Georgia prohíben la entrada de estudiantes indocumentados a cualquier universidad estatal o instituciones vocacionales. A nivel nacional, 20 estados ofrecen la tarifa de matrícula para residentes a estudiantes indocumentados.
Cuando Ghio-Rodríguez tenía 13 años, se enteró de que era una estudiante indocumentada.
“Acababa de tener una pelea con otro estudiante en la escuela secundaria”, comentó, “Recuerdo que mi mamá me llevó a la cocina y me sentó, me dijo que tenía que ser cuidadosa con la gente que me rodeaba y los problemas y en los problemas que me metiera porque éramos indocumentadas”.
Muchos estudiantes no descubren que son indocumentados hasta que solicitan una licencia de conducir o postulan a la universidad, y se dan cuenta que carecen de documentos legales de los EE.UU. La ley de Desarrollo, Alivio, y Educación para Menores Extranjeros o “la Ley Dream”—ayuda a proporcionar un camino para conseguir un estatus legal, para los estudiantes indocumentados que se gradúan de la escuela preparatoria cada año.
Esto les da la oportunidad de solicitar una educación superior como residente permanente legal. En junio de 2012, el presidente Obama anunció una orden ejecutiva creando el programa DACA, que otorga a ciertos inmigrantes indocumentados la presencia legal y un permiso de trabajo temporal. “Yo estaba muy desalentada para postular a la universidad o incluso tener la oportunidad de conducir un coche”, comentó, “Una vez que obtuve el estatus DACA, tenía más entusiasmo de ir a la universidad”.
Aunque esto les da a los estudiantes la oportunidad de ir a la universidad, desafortunadamente no son elegibles para recibir subvenciones de educación federal. Como estudiante de DACA, Ghio-Rodríguez tiene la suerte de recibir la tarifa de matrícula como residente porque tiene suficiente documentación para demostrar su residencia.
“La ayuda financiera no está disponible para DACA o estudiantes indocumentados. Los estudiantes indocumentados pagan tarifa de matrícula fuera del estado o tarifa de matrícula para estudiantes internacionales”, comentó. “Las becas varían, pero son muy competitivas y sólo podemos solicitar aquellas que no piden ningún estatus legal o aquellas que son para estudiantes indocumentados”.
Robert McCune, de 40 años, coordinador del programa First Cats, un programa de transición para ayudar a los estudiantes de primer año de la UA, es un aliado para estudiantes indocumentados que tienen la oportunidad de obtener una educación superior. “Creo que son más propensos a ser un factor que contribuya a la sociedad”, comentó, “porque si limitamos sus oportunidades no pueden alcanzar su pleno potencial”.
McCune cree que el Dream Act es bueno para el país debido a lo que los Estados Unidos están tratando de lograr. “Es el sueño americano que permite a los estudiantes ampliar su experiencia educativa”, exclamó, “no hay ningún inconveniente en permitir que los estudiantes se queden aquí y vayan a la escuela y se conviertan en ciudadanos”.
Muchos estudiantes indocumentados tienen partidarios como McCune que quieren que tengan acceso a una educación superior. Algunos tienen puntos de vista diferentes.
Una de esas personas es Sergio Corona, un estudiante de UA que se está especializando en informática e ingeniería. “Creo que es responsabilidad de las universidades entregar a quienes no tienen documentos legales”, opinó. “Está bien que la gente indocumentada venga a conseguir una educación mientras lo estén haciendo de manera correcta, pagando como el resto de nosotros. Y si quieren obtener una educación, ¿quién soy yo para negarlos?”
Rodríguez cree que el presidente es un hombre terrible. “Tengo amigos que provienen de los países islámicos que tienen prohibido entrar al país, él es un monstruo absoluto” ella explicó, “además el hecho de que él ha estado burlándose de DACA y de la comunidad de indocumentados durante mucho tiempo. Por lo tanto, la gente no está segura si debe renovar su estatus de DACA o regresar a su país”.
Fatuma Shiwoko es una reportera para las Arizona Sonora News, un servicio de la Facultad de Periodismo de la Universidad de Arizona. La puede contactar en fatumashiwoko@email.arizona.edu
Traducido por: Carolina Padrés-Quiroga