Poco ha cambiado de la manera en que los apicultores cosechan miel en Arizona, pero expertos de la industria mantienen la esperanza de que el producto del estado está entre los mejores.
“La miel cuenta por separado en comparación con otros edulcorantes, porque no es algo que el hombre tiene que procesar”, “Está hecho por las abejas y listo”, dijo Rey Simmons, propietario de Simmons Honey Ranchito (Ranchito de Miel Simmons) en Douglas.
Para Simmons, la tecnología utilizada para la cosecha de miel no es nada nuevo en la industria.
Un extractor de centrifugadora hace girar la miel del panal, que ayuda a separar las partículas del panal y de la cera de abejas para bombear el líquido. La miel es colada, pero nunca se filtra y después se coloca en moldes de almacenamiento.
En Arizona, las abejas no entran en un estado de hibernación pesada porque el clima fluctúa entre cálido y frío durante los meses de invierno, en cambio, en la primavera y en el verano se generan períodos claves para la cosecha de miel.
Debido a la falta de flores para obtener el néctar, las abejas tienden a viajar fuera del estado para encontrar fuentes de néctar durante los meses más fríos.
De acuerdo con el Informe Nacional de Miel (National Honey Report) del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) las colonias de abejas de Arizona viajaron a regiones como California con los fines de polinizar frutas y árboles de nuez durante el mes de febrero. Sin embargo, las colonias regresaron al estado durante el fin de este mes para polinizar la alfalfa, los cítricos, y las plantas desérticas como las principales fuentes de néctar.
Durante la primavera, las abejas pasan por un proceso llamado “acumulación de primavera”, donde comienzan a llevarse el néctar a las colmenas para empezar a construir la fuerza de su colonia. La abeja reina pondrá entre 800 y 1,200 huevos al día y durante la alta producción, pondrá hasta 2,000 huevos al día.
Una vez que las abejas llenan los panales de la colmena y la miel alcanza un alto volumen, el apicultor decide cuándo es el momento de cosechar el producto.
“Para la mayoría de los apicultores, el momento más activo de la cosecha es entre a mediados de mayo y a mediados de junio, especialmente en el sudeste de Arizona, aunque es algo que realmente puede variar”, dijo Simmons.
Anthony Tubbiolo quien es dueño en parte de Holly’s Little Farm, una granja de miel con sede en Marana, sigue un proceso similar a la cosecha de miel de las abejas asesinas.
Las abejas asesinas son diferentes a otras especies, tales como las abejas europeas o las abejas italianas, que son criadas específicamente para la apicultura. Las abejas asesinas tienden a ser más agresivas y entrar inmediatamente en el modo de protección si alguien se encuentra cerca de la colmena.
Se usa una colmena langstroth, cuyo objeto es parecido a un archivador que contiene entre 8 y 10 cuadros. Cada cuadro está cubierto con un medio de cera que las abejas intercambian con su propia cera de abejas para llenarlo de miel. Cuando la miel está lista para ser cosechada, la capa de cera se elimina y el centrifugador recoge la miel de las colmenas.
Las abejas no requieren mucho mantenimiento; por lo tanto, los apicultores pueden aprovechar y solamente revisarlas una o dos veces al mes. Los apicultores deben tomar la decisión sobre si se debe medicar a sus abejas contra las bacterias, virus y hongos, pero Tubbiolo toma la dirección natural cuando se trata de proteger a su colonia.
“Ellas [las abejas asesinas] simplemente saben muy bien, son muy agresivas y pueden crear grandes cantidades de miel”, dijo Tubbiolo. “Son muy trabajadoras y crean grandes colonias en la colmena, por lo cual son capaces de enfrentarse a cualquier tipo de amenaza que pueda surgir en la colmena”.
La prioridad de un apicultor en Arizona se trata de asegurar que su colonia de abejas sea capaz de superar las principales amenazas y que permanezca sana y fuerte.
Algunos factores claves, como la sequía o las tormentas podrían provocar una gran pérdida de abejas. Los zorrillos y los osos son los dos depredadores más perturbadores a la población de abejas. Incluso, en cepas agrícolas, donde los agricultores usan pesticidas fuertes pueden ser dañinas para las abejas.
Sin embargo, Tubbiolo mantiene una perspectiva positiva sobre el futuro de las colonias de abejas, “No creo que el mundo esté en problemas y que las abejas vayan a desaparecer”.
Para Tubbiolo, atribuye el éxito de la industria de miel a su capacidad de producir un producto natural que no es mezclado con edulcorantes artificiales, de producir una variedad de productos que varían desde la miel filtrada a la miel con trozos de madera, así como una sólida comprensión de comercialización sencilla.
Desde entrar en las tiendas locales y vender su producto a la creación de puestos de venta, él cree que la comunicación con la comunidad ha sido siempre la clave.
Stephanie Romero es reportera de Arizona Sonora News, un servicio de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Arizona. Para ponerse en contacto con Stephanie: smromero@email.arizona.edu.
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