Traducido por Javier Aispuro
Desde el año pasado, el presidente Donald Trump reabrió la puerta para la expresión racial en los Estados Unidos.
Con la proximidad que Arizona tiene con la frontera, los problemas raciales entre los inmigrantes no son nada nuevo.
En los últimos diez meses, la administración de Trump ha propuesto una lista de leyes anti-inmigratorias que incluye el muro entre México y Estados Unidos, la eliminación de DACA (por sus siglas en ingles), el perdón a Joe Arpaio y el intento a prohibir el ingreso de ocho países a los EE. UU.
Esto alejó a muchas personas y cambió la perspectiva del racismo en la actualidad.
Mientras su aporte sobre los inmigrantes es mucho más fuerte que el de los funcionarios anteriores, las políticas contra la inmigración son familiares para los estadounidenses.
“Es dominante. La valla antinmigrante tiene que tener una larga historia en Arizona. Mientras que las declaraciones de Trump han sido impactantes, porque él es el presidente de los Estados Unidos, no es algo nuevo”, comentó Liane Hernández, directora de educación y extensión comunitaria de YWCA Southern Arizona.
Caroline Isaacs, directora del programa en la sede de Tucson para American Friends Service Committee, dijo: “No creo que haya empeorado desde que Trump fue elegido, pero se hizo más visible. Este país fue fundado a través de empresas racistas del colonialismo y fue construido a través de la esclavitud, esto no es novedad”.
“Lo que es diferente es que, por un tiempo hubo un consenso social de que el racismo era inaceptable, y por lo tanto esencialmente se hizo pasar a la clandestinidad y hubo este tipo de expresiones codificadas de racismo y racismo institucional y políticas que fueron todas defendidas”, dijo Issacs. Ahora se ha ldestapado el velo y estamos viendo ciertos tipos de extremismo a través de diversas formas de medios donde se ha normalizado.
Chuck Kaufman, co-coordinador nacional en la sede de Tucson para la Alianza de la Justicia Global, dijo: “La SB-1070 fue aprobada mucho antes de que Trump siquiera fuera una posibilidad como presidente. Creo que la diferencia desde que se eligió a Trump es que hay personas que solían no expresar su racismo públicamente por temor a aventurarse, estaban preocupados por lo que otras personas piensan de ellos, y ahora se sienten facultados para expresar sus sentimientos racistas en voz alta y amplia”.
Sin embargo, este tipo de expresión no solo ha tenido un impacto negativo. Aquellos que son discriminados no solo por motivos raciales sino también a través del género están saliendo y defendiéndose por sí mismos.
“La gente se dio cuenta, quizás aún más después de que Trump fue elegido, de que algunas de sus libertades básicas y seguridad personal están en juego y absolutamente necesitan hacerse oír”, dijo Kaufman.
La nación necesita tomar medidas para asegurar el futuro del país y qué papel tiene la inmigración.
“¿Dónde terminamos? Si continuamos siguiendo esta trayectoria de normalización del extremismo, ¿dónde acabaremos como sociedad?”, Preguntó Isaacs.
Es difícil determinar el futuro del racismo, no solo en Arizona sino en los Estados Unidos.
“En todo el país, lo que estamos viendo es la falta de conversaciones sobre nuestra historia, me explico, una conversación significativa sobre la verdad y la reconciliación, vamos a ver una nueva confrontación de estos mismos problemas que vuelven, generación tras generación tras generación “, mencionó Hernández.
Como comunidad, es importante tomar una posición sobre qué tipo de nación somos.
“Espero que lleguemos a un lugar donde nos veamos obligados a tener un control nacional sobre esto. Por lo tanto, el mejor resultado posible, porque estas cosas se ponen al descubierto, es que nos vemos obligados a tratar con ellos y tenemos que tomar una decisión colectiva como una sociedad, como una democracia, y decir lo que somos”, Isaacs dijo. “¿Somos una nación de inmigrantes, somos un crisol de culturas, somos un lugar de oportunidades, o no?”
Se predice que para 2044, los anglosajones ya no serán la mayoría en América. No es la cantidad de gente anglosajona la que les da el poder.
“Así que aquí está la cuestión: la supremacía anglosajona no se trata solo de la presencia o la falta de personas anglosajonas. Se trata de sistemas, leyes y estructuras que sistemáticamente e institucionalmente excluyen y trabajan activamente en contra de la libertad, dignidad y de los cuerpos de las mujeres, POC [por sus siglas en ingles], gente rara y cualquier otra gente marginada “, manifestó Hernández. Ser mayoritario no es el problema que le da a las personas anglosajonas el poder en esta nación, sino los modales desproporcionados y los sistemas ilegales que se formaron debido a la supremacía anglosajona, comentó.
La predicción veraz para el futuro es que ser la mayoría o la minoría no cambiará los actos en este país, sino el hecho de que el país debe unirse y enfrentar estos problemas.
“Va a tomar mucho más de menos gente anglosajona para llegar a la equidad, la justicia y finalmente la libertad. Y no somos libres hasta que todos seamos libres”, indicó Hernández.
Sophie Manley es reportera de Arizona Sonora News, un servicio de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Arizona. La puede contactar en sophiamanley@email.arizona.edu