Estafo del salario de las mujeres

Michelle Higgins, 51, trabajando en su oficina el miércoles, 13 de septiembre de 2017. Foto por: Deborah Lee/Arizona Sonora News

Traducido por: Vanessa Ponce Ayala

 

Dieciocho centavos. Esa es la diferencia entre una mujer y un hombre que trabajan en Arizona.

Según datos del Instituto de Investigación sobre Políticas para la Mujer  (IIPM, por sus siglas en ingles) del proyecto Estado de la Mujer en los Estados, Arizona ocupa el lugar 17 de 51, que incluye los 50 estados y D.C. Por cada dólar que gana un hombre en Arizona, una mujer gana 82 centavos. Esto significa que el margen salarial es más estrecha en Arizona que la mayoría de los estados, pero puede que no sea porque la situación es mejor aquí.   Julie Anderson, una colega de investigación que administra el proyecto Estado de Mujeres en los Estados Unidos en DC, dijo que en algunos estados el margen salarial podría parecer menor debido a factores como los hombres que no tienen ingresos más altos, así que parece que el margen salarial es más estrecha.

Mientras el margen continúa reduciéndose, si Arizona continúa a su ritmo actual, las mujeres no recibirán salario igual hasta el año 2044.

¿Por qué las mujeres ganan tan poco en comparación con los hombres?

Aunque la respuesta es bastante complicada y de múltiples capas, para Anderson, la explicación más importante del margen salarial es la realidad de que las mujeres y los hombres entran a diferentes empleos. Las mujeres están sobrerrepresentadas en la industria de servicios -como ser mesera- que tiene salarios más bajos, mientras que los hombres entran a campos tecnológicos y financieros, como la ingeniería y la medicina. Según la investigación, los hombres tienen 2.3 más probabilidades de trabajar en las ocupaciones de ciencia y tecnología en Arizona que las mujeres.

“A veces las mujeres no se ven en esos trabajos”, comentó Anderson.

Michelle Higgins, presidenta de la Asociación Americana de Mujeres Universitarias  (AAUW, por sus siglas en ingles) de Tucson, dijo que aunque ha habido un aumento de mujeres en empleos de las disciplinas de ciencia y tecnología, el aumento no es mucho.

La diferencia en empleo podría ser debido a los estereotipos comunes de las mujeres, tales como que las mujeres son más cariñosas, mientras que los hombres son vistos como el principal sostén económico. “Las mujeres eligen más ser enfermeras que ser médicos y las niñas captan ciertos mensajes culturales a una edad temprana”, manifestó Higgins.

 

Gráfico de Deborah Lee (fuente: Instituto de investigación de políticas de la mujer)

Deena Stewart-Hitzke, presidenta ejecutiva del Condado de Pima / Comisión de Mujeres de Tucson, dijo que la barrera del idioma puede contribuir al margen porque es más difícil para estas mujeres que se defiendan por si mismas. Alba Jaramillo, directora del Instituto de Liderazgo de Latinas y Mujeres Fuera de la Pobreza en Tucson, está de acuerdo con Stewart-Hitzke y dijo que hay mucha subestimación de estas mujeres. “Hay barreras en ser una mujer de color”, manifestó Jaramillo. “El racismo y la discriminación siguen existiendo”.

Otro factor que contribuye al margen salarial es el hecho de que muchas mujeres necesitan horarios flexibles. El papel de cuidar de una familia la mayor parte del tiempo cae sobre las mujeres, comentó Higgins. Michelle Pitot, jefa del personal de YWCA Southern Arizona, una organización benéfica ubicada en Tucson, dijo que las mujeres son las que toman la iniciativa cuando tienen hijos. “La maternidad afecta a todas las mujeres a pesar de sus ingresos”, comentó Pitot.

El margen salarial se amplía a medida que las mujeres envejecen porque son más propensas a convertirse en madres, según Anderson. “Hay una idea sobre el empleado ideal que está disponible las 24 horas del día, 7 días a la semana, puede quedarse hasta las 10 pm, y francamente las mujeres con familias no pueden hacer esto”, aclaró Anderson

 

Esta figura retrata los datos que reflejan los Estados Unidos. (fuente: Instituto de investigación de políticas de la mujer)

 

La situación no mejora mucho para las mujeres pertenecientes a minorías. Anderson dijo: “Las mujeres de color enfrentan una doble pena por su género y origen étnico”. Entre todas las mujeres de Arizona, las mujeres hispanas ganan menos y a un nivel nacional, una mujer hispana gana 54 centavos por cada dólar pagado a un hombre blanco, según Anderson .

Aunque las mujeres con una educación superior ganan más ingresos y las ganancias suben con cada licenciatura lograda, eso sólo significa que los ingresos de los hombres están subiendo mucho más, de acuerdo con Anderson. En Arizona, el margen mas amplio en salarios entre las mujeres son aquellas que trabajan tiempo completo con una licenciatura o superior. El promedio de ingresos para estas mujeres es $50.000 mientras que para los hombres es $75.000. Esto equivale a una proporción de ganancias por género de 66.7 por ciento. El margen salarial se hace cada vez más amplio cuanto más educada se vuelva una mujer.

Esto se debe en parte al hecho de que a medida que las mujeres envejecen, es más probable que lleguen a ser madres, lo que a su vez incurre en una “pena de maternidad”, según Anderson. Por otro lado, con la existencia de niños, los hombres serían percibidos como el proveedor de la casa que podría conducir a una “pena de paternidad”.

La Ley de Igualdad de Pago de 1963 existe para intentar eliminar la disparidad salarial, pero la falta de una fuerte aplicación hace que sea ineficaz, según Anderson. Stewart-Hitzke dijo que la conclusión es que si la gente puede pagar a alguien más barato se van a aprovechar de eso. “Las leyes desafortunadamente no evitan la discriminación,” manifestó.

La forma de combatir la disparidad en los salarios es educar y aumentar la conciencia sobre el tema, comentó Higgins. Anderson está de acuerdo y añade que las mujeres deben estar informadas sobre la disparidad y también sobre los puestos de trabajo y el potencial de ingresos en general. Si las niñas aprenden acerca de estas cuestiones en sus años formativos, entonces van a estar más educadas al escoger una carrera.

Según Anderson, elevar el salario mínimo también ayudaría a cerrar el margen salarial porque las mujeres tienden a estar en empleos de salario mínimo más que los hombres, en particular las mujeres de color.

“[El margen salarial] no es sólo un problema de mujeres”, aclaró Higgins, “es un problema familiar que afecta a maridos, esposas e hijos”.

Deborah Lee es reportera de Arizona Sonora News, un servicio de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Arizona. La puede contactar en deborahlee@email.arizona.edu

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